Me han dicho hasta la saciedad que para poder elegir hay que conocer. Y me lo he creído porque me ha parecido de sentido común.
Apliquemos este principio a todos los ámbitos de la vida.
¿Podemos decidir que el melón es la fruta que más nos gusta si sólo hemos probado el melón? ¿Podemos decidir que no nos gusta jugar al fútbol, al tenis o hacer atletismo si sólo hemos jugado al baloncesto? Sin habernos informado o leído sobre las disciplinas a nuestra disposición en las diferentes Universidades, ¿podemos decidir que lo único que nos gusta es la ingeniería?
Pues ése es mi punto de vista respecto a la aplicación de las diferentes metodologías en un aula de Primaria.
Creo que los maestros no haríamos un buen trabajo si únicamente ofreciéramos a nuestros alumnos una única forma de aprender y trabajar. Necesitan conocer y probar para poder decidir, tanto ellos como sus profesores, la forma que mejor se adapta a cada uno para aprender y obtener los mejores resultados.
Con ello quiero decir que el aprendizaje colaborativo es fantástico, y aporta una serie de habilidades a los niños que lo practican. Y que la utilización de las TAC es fabulosa para ello. Pero el trabajo por rincones también. Y la experimentación. Y que poniendo al alcance de nuestros alumnos diferentes herramientas les vamos a permitir conocerlas y valorarlas, tanto en su utilidad como en su facilidad de acceso.
Los ordenadores en el aula (sea uno para todos o cada uno con el suyo) son geniales y ofrecen posibilidades y materiales que en un curso académico los niños no serían capaces de acabarse. Y para muchos éste es su "hábitat" natural (para muchos otros, todavía no).
Pero los más pequeños también necesitan manipular (están acabando de afinar su psicomotricidad fina) y su pensamiento es aún muy concreto, muy ligado a la realidad, y por ello necesitan “tocar” todo aquello que se les intenta mostrar (hasta cosas tan abstractas como una suma y una resta).
En el futuro, además, es posible que alguna vez deban enfrentarse solos a algún problema (del tipo que sea) y no habríamos hecho un buen trabajo si alguna vez no les hubiéramos enseñado a pensar y a situarse ellos solitos delante de una situacion o de una tarea, más o menos compleja, para pensarla, darle vueltas y buscar las diferentes vías para su resolución. Para que aprendan que, si se ponen, son capaces. Sin demonizar el trabajo individual.
Y también mirando al futuro, no hay que olvidar que las pruebas que podrían ser decisivas para sus vidas, no están orientadas a su ejecución en colaboración (estas incongruencias de la Administración…): en una selectividad los alumnos no tienen acceso a ordenadores para buscar, seleccionar y elaborar información, ésta deben llevarla en sus cabezas. Tampoco les dejan debatir las cuestiones entre todos los presentes y elaborar unas conclusiones.
Así que, ¿por qué no nos volvemos un poco eclécticos y vamos cogiendo de aquí y de allá, y aplicamos las metodologías y usamos las herramientas que mejor se adapten a cada fin que nos planteemos en el aula?
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