Las habitaciones de los niños se han ido llenando de gadgets y, aunque sean una generación acostumbrada a la multitarea (actúan en facebook mientras escuchan música y leen sms), a la hora de estudiar aún no se ha demostrado que esto sea efectivo.
Si el niño no es capaz de controlarlo, en su habitación de estudio no debería haber elementos que le puedan distraer. Por supuesto que el comedor, con la tele encendida y gente pasando o hablando no es un buen lugar para estudiar. Así, el mejor sitio será su habitación y habrá que controlar que no haya / no utilice:
• Televisor
• Música (especialmente con letra)
• Ordenador (redes sociales, chats...)
• Consolas y videojuegos
• Teléfono móvil
De hecho, poder utilizar alguno de estos elementos cuando haya terminado de estudiar puede ser una buena recompensa al trabajo hecho.
No sirve de nada pasar una hora encerrado si esa hora no se dedica a estudiar. Por ejemplo, si el niño quiere ver un partido de fútbol e intenta estudiar al mismo tiempo en el comedor, al final no habrá hecho ni una cosa ni otra. Tal vez será mejor ver el partido y recuperar en otro momento el trabajo que había que hacer.
En general, si se aprovecha bien el tiempo de estudio, el tiempo que queda para las aficiones se incrementa
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