Se nos ocurren ideas para ir mejorando nuestro trabajo (el puesto físico, el proceso, la forma de presentarlo…). De hecho, de eso va la mentalidad kaizen: la mejora depende de todos y cada uno de los individuos de una organización. De todos. No esperes que venga alguien que no conoce tan bien como tú tu trabajo y te diga como debes hacerlo. Tú ya lo sabes. Y una parte de tu actividad diaria debería ser pensar en como ser más eficiente.
Algunas empresas/organizaciones tienen establecido un sistema para que las ideas se expresen, y el jefe las valore y decida si son susceptibles de ser aplicadas o no. Otras empresas dan más libertad, y algunas ideas que son de auto aplicación (por la misma persona a quien se le ha ocurrido) no necesitan validación alguna. Es igual. Tanto en el caso de que nos validen la idea, como en el caso de que seamos los responsables de auto implementar nuestra mejora… hagámoslo YA!
Una idea que ha de mejorar nuestro trabajo no sirve de nada en un papel o en tu cabeza. Hay que aplicarla para que sea útil y cumpla su cometido. No hay que conformarse con pensar "se me ocurren muchas formas de mejorar las cosas", de hecho, solo eso...¿de qué sirve?
Muchas veces dejamos pasar el tiempo, pensamos que ya lo haremos, creemos que el día a día no nos deja hacer otras cosas… pero esta forma de actuar y de pensar es anti-kaizen: no mejoras. El fin no es tener nuevas ideas. El fin es mejorar.
Así pues, si se te ha ocurrido una forma de hacerlo mejor, de hacerlo más fácil, de ahorrar costes, de mejorar tu rendimiento… no esperes. Aplícalo. Ya habrá tiempo de pulir la idea original y/o el resultado.
Que no nos pase como en la fábula de la asamblea de ratones. El cascabel al gato hay que ponerlo. Y en nuestro entorno, normalmente, no nos vamos a jugar la vida por llevar a la práctica una mejora, como les pasa a los pobres ratones.
Así pues: ¡hazlo YA!
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