A raíz de un cruce de tweets con @ignasicorral y @rakel_ka, debatiendo sobre los videojuegos como recurso educativo, y en el que se planteaba la forma de evaluación que permiten, he caído en la cuenta del buen recurso educativo que son algunos videojuegos y he pensado en cómo han ido evolucionando…
Igual que simuladores, permiten probar, ensayar, experimentar, integrar la teoría en casos parecidos a la realidad…Los jugadores/alumnos pueden convertirse en gestores de un proyecto.
Si no se dan instrucciones previas, se entra en el terreno del ensayo y error, que es una de las ventajas de usar videojuegos como simuladores. Se va probando. Se ven las consecuencias de las acciones previas, se intenta corregir –cuando el juego lo permita- o se sale de la partida y se empieza de nuevo, con más bagaje de recursos para tener éxito. Dependiendo del tipo de juego, la pega puede estar en el plazo de tiempo para lograr todo este conocimiento, para optimizar la simulación.
Si se dan pistas o instrucciones previas, el uso y la práctica se aceleran, aunque siempre existirán los alumnos críticos, independientes o creativos, que quieran probar los caminos no explicados para ver las consecuencias (resultados).
Hay juegos que permiten entender conceptos de economía, como las fluctuaciones de precios de determinados materiales o recursos, que son valorados en el juego, en función de la cantidad de ellos de que dispones en cada momento y de los que necesites.
Hay uno, muy famoso, con el que puedes entender la evolución de las ciudades, y porqué los cascos antiguos son como son y qué necesidades sociales hacen que cada ciudad crezca de una determinada manera; te permite entender qué factores o elementos hacen que una zona se revalorice o se degrade… Evolución urbanística, así, practicando. Incluso, te permite ser el gestor de los recursos de una ciudad. Y entender como influyen tus decisiones en la intención de voto de los ciudadanos…
Pero, en el cruce de tweets, se debatía sobre si los videojuegos actuales como recurso educativo no son acertados porque fallan en el momento de la evaluación del alumno: actualmente, sin estar detrás del alumno (y delante de su pantalla) –lo que es materialmente imposible trabajando simultáneamente con más de 20 alumnos-, solo se puede evaluar el resultado. Y con más o menos tiempo, casi todos seríamos capaces de llegar a un resultado considerado “correcto”. Pero el proceso que cada alumno ha seguido para resolver su partida, así como las conclusiones que extrae a partir de sus conocimientos previos después de la práctica han de ser tan o más importantes que el resultado.
Y es en ese punto de evaluar el proceso, donde los videojuegos aún no ayudan.
Se me ocurre que una segunda vía para muchos videojuegos sería poder ofrecer el registro de pasos /órdenes dados durante el transcurso de la partida. Un resumen de la actividad generada por cada alumno, que permitiera la evaluación de ese proceso (hasta ahora tipo “caja negra”).
Cuando los videojuegos permitan algo parecido a esa evaluación del proceso, podremos entonces hablar de “videojuegos educativos”, porque ya no estarán ignorando la evaluación del aprendizaje por parte del alumno. Sin posibilidad de evaluación, ¿podemos hablar de “recurso educativo” (aunque lo parezca o le demos ese uso)?
foto "videojuego ochentera" de uayebt, flickr.
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