Vamos a ver cómo nos tenemos que preparar para ir al examen y cómo hacer bien los exámenes.
La tarde-noche anterior al día del examen no deberíamos estudiar. Sólo hay que hacer un repaso de todos los puntos estudiados y repasados hasta entonces. Si hemos seguido los pasos hasta aquí, ya nos lo sabemos. Lo tenemos en la memoria (aunque te parezca mentira).
Tampoco sirve de nada dormir poco. Solo conseguirás estar muy cansado al día siguiente. Y cuando estamos cansados o tenemos sueño, no podemos pensar correctamente.
El día del examen no hay que repasar, como mucho, mirar por encima los nombres de los temas y los apartados.
Hay que llevar un ritmo relajado: levantarse con tiempo, desayunar, llegar con tiempo…
Si el examen es por la tarde, habrá que comer bien pero no tanto como para que nos dé sueño.
Tenemos que recordar que llevamos el examen bien preparado, así que no tenemos porqué estar nerviosos por lo que nos van a preguntar: seguro que lo sabemos.
Justo antes de que nos den el examen, cuando ya estamos sentados en nuestra mesa, no sirve de nada seguir repasando o tratar de aprender algo nuevo porque solo conseguiremos liarnos y ponernos nerviosos.
Ni nervios ni historias!: si has estudiado, sale (y si no has estudiado, tampoco sirve de nada ponerse nervioso porque ya puedes sospechar cuál será el resultado...)
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