Hoy, por ser domingo, me lanzaré a una carencia sencilla: las condiciones ambientales que soportan los niños en las aulas.
Seguramente, hay países donde las condiciones de temperatura son mucho más complicadas que en la mayor parte de España, pero mi entorno es éste y mis alumnos son los de aquí, así que lo que me preocupa ahora mismo es lo que tengo más cerca.
También, seguramente, muchos padres no saben las condiciones que soportan sus hijos durante 5 o 6 h. al día y que ellos no estarían dispuestos a soportar en su entorno laboral. O sí lo saben y, sencillamente, lo aceptan como condición educadora del entorno: lo que no te mata te hará más fuerte.
En España hay una legislación sobre prevención de riesgos laborales y una de las cuestiones que contempla son las temperaturas máximas y mínimas en las que se puede trabajar, tanto en entorno de producción –fábricas- como en oficinas. Pues bien, esa normativa se ve que no rige ni para maestros ni para niños entre 3 y 12 años. Y lo siento, pero vivimos en un país con unas primaveras, veranos y otoños cada vez más calurosos (tanto que,cuando empieza el curso, todos los libros comienzan con la presentación del otoño en los temas 1 o 2, y los niños empiezan a no entender lo que se explica porque ellos siguen vistiendo manga y pantalón cortos).
En una clase con 25 o 26 niños se soportan temperaturas de hasta 35 grados. Y además queremos que los niños estén concentrados y trabajando con ahínco e interés. ¡Venga ya! ¡No pueden!. Inténtelo ustedes. Y esto, en los últimos años (salvo contadas excepciones) sucede entre los meses de abril y noviembre, lo que supone entre 5 y 6 meses de los 9 que tiene el curso.
Alguna vez he hecho el comentario a algunos padres, y la única respuesta es algo parecido a “ay, sí, está haciendo un calor…”.
Las calefacciones sí están contempladas, y los inviernos se pasan en condiciones dignas. Pero el aire acondicionado se considera lujo (¿en un país como éste?). Los ordenadores son tecnologías aceptadas y deseables en las aulas. El aire acondicionado no.
Aparte del aire acondicionado, una solución aceptable sería la jornada intensiva, acabando las clases antes de que el calor sea insoportable. Pero se ve que eso tampoco es aceptable.
Otro día escribiré sobre las jornadas “laborales” de los niños. Hoy, sólo, de las temperaturas infernales.
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